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Un estudio revela que el hecho de dormir con animales podría resultar nocivo para nuestra salud

El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos publicó un estudio que me parece bastante interesante y que me gustaría compartir con los lectores de éste PetFacebook.

El estudio habla sobre las posibles consecuencias cuando se duerme junto con una mascota y como éstas pueden afectar nuestra salud.

Fue realizado por dos veterinarios y quizá su principal consejo es que, aunque el animal esté perfectamente sano y vacunado, éste mantiene un risego intrínseco de contagiar a su dueño a la hora de compartir una cama.

Los números que da son impresionantes: en países como Estados Unidos, Francia y la Gran Bretaña uno de cada tres perros duermen con sus dueños. Por su parte el porcentaje de los gatos de Holanda y Estados Unidos que comparten cama llega al 60%.

Dentro de las enfermedades que se pueden trasladar de mascotas a humanos la más extendida en los Estados Unidos son las provocadas por gusanos nemátodos sin embargo se han reportado diferentes casos como meningitis alrededor del mundo.

El reporte describe, incluso, casos de peste bubónica, enfermedad que pueden portar tanto gatos como perros sin que el propietario se de cuenta y transmitirla a través de pulgas.

Lo que hay que resaltar es que estos casos se dan dentro de países como Estados Unidos donde, a pesar de la obsesión de esa nación por la limpieza extrema y el control total de la salud de las mascotas, estas enfermedades han podido dar el salto hasta los propietarios.

En países como el nuestro, donde algunos amos son más descuidados respecto a la salud y la higiene de sus animales, debemos de ser muy cuidadosos aunque contemos con la seguridad de que el cuidado que damos a nuestras mascotas es el adecuado.

Por otra parte, otro de los factores de peligro que señala el estudio es la gran cantidad de amos, sobre todo niños, que resultan lesionados por mordedura de perros a la hora de compartir una cama.

Así que lo mejor es que cada quién duerma por su lado; si nuestro animal no ha adquirido la costumbre, lo mejor es no fomentársela y, si ya lo hizo, buscar la manera de evitarlo.

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